La propuesta de Formación Docente del Profesorado de Matemática busca propiciar situaciones que favorezcan el desarrollo profesional de sus egresados en los siguientes rasgos y capacidades:Una visión amplia y crítica sobre el contexto sociocultural y político del Sistema Educativo Nacional, Provincial y local, que facilite la contextualización de las prácticas educativas y pedagógicas en el ámbito comunitario, institucional y áulico.
Un desempeño como profesional autónomo capaz de reconocer la dimensión ética de la enseñanza y de actuar en consecuencia. asumiendo un compromiso para mejorar la sociedad.
Una apreciación hacia el trabajo colaborativo y la producción compartida, respetando la diversidad de opiniones en el intercambio de ideas con el fin de lograr un consenso ante cualquier meta propuesta.
Una actitud de cooperación y respeto en los ámbitos institucionales y áulicos, y de compromiso con el mejoramiento de la comunidad educativa.
Una disposición hacia el intercambio de experiencias pedagógico-didácticas con sus pares para el fortalecimiento de sus prácticas docentes, la consolidación de equipos de trabajo y el mejoramiento de las producciones pedagógicas de acuerdo con el contexto social particular dela escuela secundaria y sus alumnos.
Una apertura al diálogo y a la comunicación para resolver conflictos individuales y grupales derivados de la convivencia áulica, asumiendo su condición de adulto responsable.
La posibilidad de pensar. diseñar, implementar, evaluar y asesorar en todo lo referido a procesos de enseñanza y de aprendizaje en el área de la Matemática, en diferentes formatos y contextos de escolarización, desde una mirada epistemológica que posiciona al conocimiento matemático como una construcción social y cultural, incorporando situaciones que coloquen la resolución de problemas y la modelización matemática como centro de las actividades en el aula.
Una formación sólida en matemática y su didáctica dominando sus conceptos, representaciones y relaciones. destacando entre las diferentes ramas de la Matemática la especificidad de cada una en relación con sus modos de acceso, lenguaje, simbología, métodos de construcción y validación, problemas que resuelven, entre otras.
Una significación de la actividad propia del quehacer matemático (resolución de problemas, modelización) como el modo más adecuado de acceder a su conocimiento.
Un conocimiento renovado de los aspectos relevantes de la práctica docente, posibilitando actividades de búsqueda, sistematización y análisis de información de fuentes primarias, resultados de innovaciones e investigaciones. así como bibliografía actualizada referidas a temas relevantes de la matemática y/o su didáctica rescatando dicho aporte para su formación y para sus prácticas cotidianas.
La participación activa en procesos de innovación y transformación educativa, tanto en los ámbitos áulicos como en los institucionales, como parte del ejercicio de su rol profesional, promoviendo una conciencia democrática y pluralista, así como de respeto y tolerancia por todas las formas culturales y sociales.
Un uso competente de la lengua oral y escrita, incorporando un manejo de las particularidades del lenguaje matemático.
Un conocimiento de los diferentes recursos (materiales didácticos, herramientas informáticas, etc.) que dispone la matemática para usarlos con fines pedagógicos, adecuándolos a las necesidades de aprendizaje de los alumnos y a los diversos contextos educativos.
Autonomía en la gestión del curriculum de matemática, conociendo sus fundamentos teóricos, para optimizar sus propuestas de enseñanza y de evaluación, adecuándose y atendiendo a la diversidad áulica, a los tiempos y modos de aprendizaje de sus alumnos.
Predisposición para el análisis y la reflexión sobre su propia práctica profesional, desde una mirada de investigador, con la posibilidad de evaluarla y modificarla tendiendo a mejorar la calidad de los aprendizajes de los alumnos, reconociendo el carácter provisorio del conocimiento y desarrollando una actitud de equilibrio entre la necesidad de fortalecer prácticas exitosas y de innovar permanentemente.
El conocimiento de la especificidad de los sujetos de la Educación Secundaria, dentro del abanico de todas las edades que abarca y en todas sus modalidades, reconociendo las necesidades, restricciones y posibilidades de los niños, adolescentes y adultos, aceptando los desafíos sociales, pedagógicos y emocionales que implica el trabajo con cada uno de ellos.
El reconocimiento de la formación profesional como un proceso de desarrollo permanente.